martes, 26 de enero de 2016

Añadiendo alimentos

Tras prácticamente 3 meses sin tomar nada que llevara fructosa, he tenido la visita con el endocrino del hospital para ver cómo estoy.

Ha sido una visita muy completa, con un profesional realmente conocedor de la intolerancia y con experiencia en tratar a pacientes con este y otros tipos de problemas digestivos. Me ha hecho varias preguntas sobre cómo me encontraba, qué había ido comiendo y si había notado mejoría. Le expliqué que generalmente estoy bien pero que, cuando como fuera de casa (comida no cocinada por mí), suelo encontrarme mal, con dolores de barriga e hinchazón, durante las horas posteriores. Su solución ha sido clara, si comes fuera de casa por placer, por disfrutar con los amigos o familia, evítalo.

Es la parte que peor llevo desde que me diagnosticaron intolerancia a la fructosa. Cada vez que salgo y quiero, ya que estoy, comer fuera, puedo hacerlo, pero luego sé que voy a estar incómoda y revuelta. Intento pedir cosas que sepa que no llevan nada con fructosa, pero aún así, no sé si por el lugar dónde se cocina la comida, por la mezcla de platos o porque llevan algo que desconozco, me suele sentar mal. La solución es clara, lo evito. Evito tomarme unas tapas, salir a cenar o a comer y, si voy, me atengo a las consecuencias. 

Volviendo a la cita médica, me ha indicado que puedo comenzar a probar algún nuevo alimento ¡yuhu! Debo probarlo en diferentes cantidades pues, igual un aguacate no me sienta bien, pero medio sí. Si noto que no estoy bien, debo descansar de ello y seguir con la dieta estricta hasta que esté otra vez recuperada. No hay reglas, cada persona debe probar e ir aprendiendo a saber qué alimentos puede tomar y en qué cantidades. Me ha recomendado paciencia.

Los alimentos que debo empezar a probar son:
  • Verduras y hortalizas:
    • Acelgas
    • Espinacas
    • Lechuga
    • Champiñones
    • Patata vieja
    • Apio
    • Remolacha fresca
    • Col
  • Frutas:
    • Papaya
    • Aguacate
    • Jugo de limón o lima
    • Aceitunas negras
Sólo de pensar en poder tomar un fruta o en acompañar mis platos de pescado o carne con algo verde se me hace la boca agua.

De momento he probado el aguacate. Me encanta el guacamole con la receta de mi madre, escrita en el post: Guacamole
Me ha sentado bien, no he tenido dolor de estómago ni barriga tras ello, así que estoy contentísima.

Además, he comprado papaya en el supermercado (Supercor). Me ha indicado el frutero que es una fruta muy sosa pero muy sana y buena para el estómago. Dice que tienes que acostumbrarte a su sabor, no es algo que te encante desde el principio, parece ser que alguna gente lo adereza con un toque de lima para darle algo más de gusto. Me ha recomendado escoger aquellas que sean grandes, papayón en vez de papaya, porque son más baratas y no coger nunca una que su color sea el verde sin pintas amarillas, es una fruta que no madura una vez se corta por lo que estará siempre verde.

He comido la papaya en pequeñas cantidades, una rodaja, de postre tanto para comer como para cenar. Como con el aguacate, las noticias han sido buenas. No he notado nada al hacer la digestión y eso es lo mejor que nos puede pasar al comer algo.




miércoles, 20 de enero de 2016

Guacamole

He decidido compartir el primer plato bajo en fructosa que he probado: El guacamole al estilo "mi madre".

Ingredientes:
  • 1 aguacate
  • 1 huevo cocido
  • 1 limón
  • sal
Nota: Para saber que un aguacate está maduro
y listo para tomar, debemos cogerlo con los dedos, por el extremo más ancho y más estrecho, y apretar delicadamente. Si está un poco blandito, está listo para comer.


Primero, cortamos el aguacate por la mitad, quitamos el hueso y lo vaciamos con la ayuda de un tenedor en un plato hondo. Después, lo vamos aplastando con la ayuda de ese mismo tenedor, hasta obtener una pasta uniforme.

Segundo, cogemos el huevo cocido, lo pelamos, lo cortamos en trozos y lo echamos al aguacate. Lo trituramos de la misma manera que el aguacate, con el tenedor, y lo vamos mezclando.

Tercero, añadimos un poco de sal y un chorro de limón, es el aderezo, dejadlo a vuestro gusto.

Por último, trasladamos la mezcla a una fuente y servimos con pan, panecillos o nachos, con lo que más os guste.